23 de mayo de 2008

La Niebla

El director y guionista Frank Darabont se atreve con una nueva iteración en su trayectoria: adaptar una obra de Stephen King. Tras Cadena Perpétua y la Milla Verde, dos más que interesantes dramas carcelarios (el primero de ellos posiblemente precursor de Prison Break), nos llega La Niebla. Nada tiene que ver con la película homónima de John Carpenter, pero también se abraza al género de terror para contar esta nebulosa historia.



La película no se anda con rodeos: a los cinco minutos vemos aparecer la niebla, que no nos abandonará ya en ningún momento. Después de una gran tormenta nocturna, la mayoría del ficticio pueblo de Castle Rock va a comprar suministros a la tienda local. Entre ellos, un dibujante de pósters de películas y su hijo pequeño. Allí es donde les alcanza la mortífera niebla.

El motor del primer tercio de la película es el misterio que nos presenta esa niebla. Qué es, por qué aparece, cómo es, y lo más importante: qué habita en ella. Una vez se disipa este misterio inicial...llegan los monstruos. Eso sí: sabiamente utilizados. Su aparición está dosificada a lo largo del metraje y siempre entre la bruma, con lo que el terror a lo informe acentúa la sensación de incertidumbre. La influencia de H.P. Lovecraft en King se nota en el diseño de producción de los monstruos, parecidos a los putrefactos dioses-monstruo del autor inglés.

Pronto nos percatamos como espectadores que debemos centrar nuestra atención en el interior de la tienda. Por desgracia, hay más monstruos dentro que fuera de ella. Es curioso ver como la civilización y las normas de convivencia son como una fina capa de polvo. A la que viene una leve ráfaga de viento que perturba la paz, se pierde todo de un plumazo. Los personajes, atrapados, son como un caldo de cultivo en una olla a presión.

Este choque se produce por las diferentes formas que tiene el ser humano de enfrentarse a lo desconocido, de intentar encajar en parámetros comprensibles lo que no puede interpretarse por los mecanismos habituales. En La Niebla tenemos la interpretación bíblica del apocalipsis y el fin de los días, predicada por una estupenda Marcia Gay Harden que va ganando adeptos fanáticos conforme se suceden los..."sacrificios". Tenemos la visión pragmática, el empirista, y la desesperada de aquel que desea que su hijo sobreviva.

Mención aparte necesita el tercio final de la película. Frank Darabont, que también es el responsable del guión, se atreve a cambiar el abierto final de la novela corta de King para traerlo a derroteros mucho más dramáticos y cínicos. Dada la situación en al tienda, los personajes, ya al límite se ven forzados a abandonarla. Y es aquí cuando la tremenda amoralidad de la situación, la desesperación, y la decisión final, hacen preguntarse al espectador cual es la opción correcta, que salida hay.

La Niebla es una película de terror con corazón. Unos personajes sólidos cimentan una historia interesante y llena de misterio, con suficientes dosis de terror y gore puntuales para saciar a los exigentes. Y si esto no te convence, los diez impactantes y desoladores minutos finales te harán recordarla mucho tiempo, al igual que la conmovedora banda sonora. Realmente, desearás que esos personajes sobrevivan, pues se lo merecen. En conjunto es una buena película, una decente adaptación y un gran entretenimiento.

La Niebla se lleva un: 8,5.

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