30 de junio de 2008

El incidente

Las películas de M. Night Shyamalan son como un globo repleto de helio. Al principio maravillan; la goma flota ingrávida, desafiando todas las leyes conocidas con sus propias reglas. Al poco, te vas acostumbrando y pasa a ser un objeto más, casi de la familia. Al cabo de dos días, el gas pierde su magia y se va desinchando poco a poco mientras se acerca de forma irremisible al suelo. En una semana, no es más que una goma arrugada en una esquina, presa de un hilo. Un objeto que para nada merece un segundo vistazo.



Lo que no hay que negar a Shyamalan es la tremenda capacidad que tiene para llamar la atención. Como un mago que utiliza sus hiperbólicos gestos para clavar las miradas de los espectadores en el lugar planeado, Shyamalan magnetiza la atención gracias a un misterio envuelto de humo. El ritmo pausado es la especialidad de la casa, y poco a poco se despeja esa cortina de humo. Pero lo que hay detrás no siempre cumple las expectativas.

El incidente se revela como un thriller que poco a poco se convierte en una road movie mientras sus protagonistas huyen de una amenaza invisible. Shyamalan sigue en su tradición atávica de presentar a parejas desestructuradas y al borde del abismo. Los protagonistas, interpretados por un Mark Walhberg un tanto perdido y una sosísima Zooey Deschanel (que parece sacada del psiquiátrico del nido del cuco), son arrastrados a una huída forzosa en la que intentaran reavivar las ascuas de su amor.

Por alguna extraña razón, en los parques de las grandes ciudades primero y en núcleos más reducidos después, se libera una toxina que provoca la anulación de las funciones motoras y acaba provocando el suicidio. La paranoia de la sociedad norteamericana post 11-S atribuye el extraño incidente a un ataque terrorista, explicación que pronto se torna más y más improbable. Es entonces cuando la cortina se abre y nos caen pequeñas pistas para que entendamos el misterio. El problema es que la explicación al misterio es tan estúpida que sientes que Shyamalan te está tomando el pelo de una manera a la que poca gente se le permitiría. Sus películas son una espiral descendente, con tramas cada vez más endebles que suple con un artificioso aspecto visual, mucha tramoya para tan poco guión.

Da la sensación de que la persona que parió ese hito del cine sobrenatural, el Sexto Sentido, ha empezado a no tomarse en serio a sí mismo. Y cuando el orador deja de creer en sus fábulas, es cuando éstas mueren. Cosas como el diálogo de Walhberg con la planta de plástico y la omnipresencia del anillo de colores dejan al espectador bastante descolocado y refuerzan la sensación de pérdida de verosimilitud. Para paliar este cúmulo de errores, Shyamalan ha optado por hacer la película más violenta y explícita hasta la fecha, en algunos momentos pseudo-gore, que posiblemente sean lo mejor de la película. Quizás es un intento por darle un aspecto más adulto al conjunto del film, pero la sangre y las vísceras no son la panacea universal para que los espectadores puedan tragar la medicina más amarga. Y ésta, os aseguro que lo es.

El Incidente se queda con un: 6

6 comentarios:

Patricia Tena dijo...

Ante todo, que conste que no he visto esta película porque este director ya me cansa. Realmente sólo me gustó El sexto sentido. El bosque, Señales y El protegido no me acabaron pero algo se podía sacar de ellas. La joven del agua me mató de aburrimiento, no le encontré sentido alguno. Eso hace que me de una pereza enorme ver esta nueva peli. Aún así, me ha fascinado la comparación que estableces. Tremendamente acertada :)

Oliver Martínez dijo...

Hola Niña Verd, que ilusión!

En cuanto tenga tiempo acabaré la review, porque está a medias de momento :/

De todas formas gracias por postear, saludos!!

Patricia Tena dijo...

Jijiji de momento me he unido al mundo blogero... ahora falta ver cuánto tiempo me quedo.Escríbeme algún día que me da penita verlo sin comentarios ;) kisses barrett!

Manel Haro dijo...

Vaya... yo que pensaba que este director iba a resarcirse de lo que había hecho anteriormente... Veo que no. ¿No será un don que cada película que haga sea peor que la anterior?

Patricia Tena dijo...

Guau, Manel también por aquí. Qué fascinante, y qué suerte poder contar con dos amigos que al menos harán que la seccion de comentarios no quede en blanco :) Los puentes de Madison no sé si te gustará, no creo que sea del tipo que te va, a mi me encanta por eso!! Esas historias de amor que acaban siendo sacrificadas...¿por no tener valor? Como he dicho, la escena del semáforo es de mis secuencias preferidas del cine... Interesante lo que me dices de Stephen King... aunque no sé si has caído en la cuenta de que el título es un pequeño homenaje a David Trueba en Cuatro Amigos :)

Patricia Tena dijo...

X cierto, muy mal que te de pereza la peli "porque le gusta a mi madre". Ayer me acordé de ella porque daban en tv "Bailamos?", gran peli que vi en su compañía en casa ;) dale un beso de parte de sandra